Hace de todo, no pitea por nada

Hace de todo, no pitea por nada
este es el testigo y cómplice

miércoles, 6 de abril de 2011

El Velorio

Por qué siempre tengo que contar estas cosas, dijo gabriel:
Me había odiado tanto, o, nos habíamos detestado tanto, que después de tantos años de compartir el mismo techo, los tres recientes años, nos encabritamos en silencios venenosos y miradas filudas.

Salió de la ducha y yo entraba, un silencio de miradas y terminamos abrazados compartiendo el dolor y un sollozo que sentí el consuelo de dos seres humanos. Me apretaba contra su cuerpo en piel de melón y mi torso sediento de agua con mi toalla a la cintura que se caía, en algún punto, en algún segundo, se quebró la razón. El silencio sepulcral de la casa la asustaba.

Mi hermano falleció y todo lo concerniente al sepelio era duro, y casi no hubo tiempo de hablar de ello con la familia de casa. Casi de inmediato nos abordaron familiares, amigos, compañeros de trabajo de ellos y de nosotros. En fin, fue todo un alboroto.

Aquel abrazo me hizo sentir, todo eso que compartimos los seres humanos cuando recibimos esa caricia positiva, ante una desgracia. Un fuerte abrazo, de esos que aprieta y pulveriza porcentaje importante de calma, tranquilidad y amor entre los seres humanos que se solidarizan en momentos duros como estos, cuando se muere un familiar, en este caso su esposo, mi hermano mayor.

Ese abrazo traía frescura y el cuerpo húmedo, mojado... Entonces creo, por experiencia, que el dolor muy grande se calma y se calma con una pasión impensada, -intensa, muy intensa-, que sucede inesperadamente, no preparada -son endorfinas hechizas-. No sé, y creo que no supimos, cómo llegamos a besarnos; cómo llegamos a lamernos de pies a cabeza sin dejar un punto sin explorar hasta la agonía, en la casa ahora, silenciosa, solitaria y lúgubre.

Nunca supe qué pensamos ese momento, ya no la he vuelto a ver -y preguntarle ciertas cosas- por la cantidad de veces que la he soñado y deseado.

Antes de irse, de vestido largo, suelto y negro, como nuestra mente y nuestra conciencia, lo hicimos por ultima vez, con pasión, -?con arrepentimiento del tiempo perdido?- y por contranatura, con odio.
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Enviado desde mi BlackBerry de Claro.





Pintura corpora D.R (internet)

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