Hace de todo, no pitea por nada

Hace de todo, no pitea por nada
este es el testigo y cómplice

martes, 27 de septiembre de 2011

La Mónica en la feria del libro de Arequipa.

                          A los poetas y escritores de Arequipa

Cuando bajé del avión sentí un aire cálido y una inusual euforia que me brotó (espontáneamente) de sentir que alguien me recibía... No sabía qué o quién...menos que sería la dulce, encantadora e insinuante muchacha de ojos cAramElo.
El fresco y soleado parque Libertad de Expresión en Umacollo de la ciudad Blanca, era el point de encuentro, que cada año se reunía teniendo como motivo y pretexto, los libroS, la lecturas, los escritores, poetas, decenas d editoriales, y con miles de visitantes,!en fin!

Como muchos fui solo y las bellezas que circulan por los pasillos de la feria, entre imponentes columnas de sillar, piedras con alma de los picapedreros q las traen de las canteras de Cerro Colorado deJAbAn sentir sus vibras, cuando me reclinaba en las columnas sentía voces y voces de montoneros y algunos versos de Melgar, como: "¡Ay, amor!, dulce veneno,/ ay, tema de mi delirio,/ solicitado martirio/ y de todos males lleno."
Todo comenzó cuando pregunté por cuál era el personaje de sus tradidiones. Verbigracia, en la selva es El Tunche, en la sierra El Ichick Ollko,en fin. Esa noche comencé a soñar a una muchacha bonita y, a partir de allí, aparEció la sensación de q me mirAban. Allí fue que conocí a la flacA y fue mi compañía esas noches....un Anís NAjar y los CuerpoS hacían todo lo demás en el hostal Los Andes, hasta la madrugada cuando ella debía irse. Y esa rutina Siguió xq quedé embrutEcido XlA primera noche divina: de algo sirvió las lecturas de Kamasutra, Memorias de una pulga, Marqués de Sade... Esas noches estAban destinadas a ser escritas.


Les juro que atendía en el stand de libros de la Editorial y sentía miradas, furtivas que me auscultaban, seguían mis movimientos, esporádicamente, sobre todo al caer la tarde y ver que los pinos cipreses -q como seres en pie poblaban el parque-, parecían almas en las sombras de la noche.
DE pronto, seguí la sombra que se me escabullía, entre las diez enormes columnas de sillar de 16 anillos. Si parecí un loco juguetón o un macho angustiado, a los pocos visitantes a las nueVe de la noche !No lo sé! Se me perdió por el gentío del ingreso y el auditorio q ya iniciaba el concierto con La Sarita. Mas las penumbras, en el parque, hacían ver siluetas por entre los pinos q se mecían con el viento frío. Y... !nada!
Pedro, quién es la que te acompaña en las frías noches, preguntó Meche la no noche q terminaba la feria.
-Pues, retruqué con discreción, Moniquita... Encantadora ella... Blanquiñosa y nativa de estas tierras...
-Pensé que hAblabas y te burlabas de La Mónica, la muertita que se lleva a las personas, que las seduce, y a veces, los mata.
-Qué??????? Ta hu'ona, pensé.
*
Hace tres años q regreso y siempre conozco a una mujer bella y encantadora... Dudo q sea la Mónica dla q hablan. Dicen q vive en el cementerio, aunque... A veces creo haber soñado, dormir dentro del Misti.
Ella no vive allí.... !verdad!?????????


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Pedro López Ganvini
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viernes, 16 de septiembre de 2011

El puente de los lamentos

              "Esa peligrosa tentación, q todas ellas son, en algún momento..."

Andrea era la colegiala, cimbreante y coqueta, vivía intensamente sus catorce años. Se ciñó la falta a las piernas -con las manos q planeaba sus sinuosas nAlgas y formados muslos- y mirando a ambos lados subió lentamente el puente peatonal de La Pascana, mientras algunos, discretos la auscultaban y, otros, llenadores de microbuses lanzaron piropos con deseos reprimidos. Otros la siguieron con ojos alborozados, en silencio todo el puente, mientras ella se arreglaba la falda plomiza -como este cielo brumoso q encapotaba Lima en julio- mirando en derredor cada cierto tramo. Sabe lo q tiene, comentaron. Uno nunca sabe quién està detrás de esos ojos q auscultan...

Los colectiveros, cobradores y fizgones sentados en la pintarrajeada banca -con publicidad del BCP y una veterinaria-, continuaron la rutina, mientras q al otro lado del puente se repetía el alboroto. Era la una de la tarde y los estómagos reclamaban combustible... Amiguera, subió a uno de esos tantos mototaxis y ...

Varias personas cayeron o se suicidaron de ese puente, violaron a una colegiala q subió a un mototaxi y otra a una combi. Este puente fue testigo de tragedias de sangre y desgarradores gritos y abundante llanto dlos familiares, y q los vecinos intentan borrar de su memoria y no pueden... esperan q el tiempo logre su trabajo. Mientras, las parafilias transitan en todos los senderos, los puentes y escaleras de esta metrópoli.
Ahora...hay gente q cruza el puente en las madrugadas y dicen q se oye lamento, quejidos y asta súplicas...

Hoy, el cielo chispeaba unas menudas gotas de agua salada, q jugaban estrellándose en el rostro de los caminantes, mientras vaporeaba el ambiente con el abrir de boca de los q hablaban y bostezaban... La hermana de Andrea, ya señorita y con similares atributos, recorría una y otra vez, cada vez más provocativa ese puente y a esa hora...

Cuatro colegialas llegaron jugueteando, traviesas, brincando subían y bajaban y regresaban por los peldaÑos mojados y con rastros de lodo. ColegiAlas q recordaban a Andrea. Mostraban lo que los hombres que®ìan. Se detuvieron a uno y otro lado de la baranda ante el chillar de una ambulancia en frenesí carrera. Jugaron y festejaban en sonoras y cómplices carcajadas

Viejos y jóvenes, repetían libidinoso ritual que mojaba y humedecía.... como alucinando el poema de Sodoma Acababa en infinitos suspiros, angustias y lamentos...
Esa banca, mejor dicho ese paradero... era un nido. Aquí se engEndró un enfermo, un desadaptado. Sucios, desaliñados o achorados "raperos". Eran caseritos jòvenes y viejos (sin mujer y sin vidas) los q se sentaban todos los días a verlas pasar (se reunían pendejos, arrechos y depravados).
Fue cuando lo reconocieron en el paradero y una chica arremolinada aulló entre dolor y odio:
!!!Violador!!!! !Violador!! !!!es el Violador!!!....

Se lo llevaron, dicen, a la cárcel. Pero el paradero sigue...sigue sin él pero sigue como muchos otros paraderos y escaleras y puentes, solitarios -sobre todo en las noches-, cómplices del mal vivir...siguen allí también cada medio dìa. En el ambiente sigue el baho lúbrico; sobre todo en los q se sientan en esa banca...esperando el paso de las chiquillas.
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Pedro López ganvini

Enviado desde mi BlackBerry de Claro.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Las estatuas vengativas

Vi en sus ojos, fuego y venganza, cuanDo al tercer día de la feria un poeta efuSivo pronunció mi nombrE al frente de esos tres tipos..... Querían botarme al principio, pero como no pudieron, luego, quisieron matarme..... Pero había mucha gente todos los días.

Es la segunda vez que la Feria Internacional de Libros de Lima se desarrollaba en el rimbombante parque de Los Próceres (monumental parque de los Precursores y Próceres de la Independencia... !Asu!), donde se agrupan imponentes estatuas en armatostes de mármol y peldaños pétreo en un semicírculo, cobijado entre césped y árboles de eucalipto, sauce, palmera y otros... El invierno, su frío húmedo y sus chispeos de lluvia no eran ajenos eso sí.

Este parque no me es extraño, he pasado muchas veces, aunque como la mayoría de limeños, no hubo motivo y ocasión xa entrar. Un gran parque con monumentos, césped, árboles, y !ya!...

Hace años q en la sección Cartas del Lector, publiqué -con inusual eco y cobertura de la prensa- en el Comercio, La República, El Peruano, Expreso y rebotado en Algunas radios -quienes, "cabrones", mencionaron al autor de tan "antipatriota" sugerencia-, una misma carta, con diferentes títulos donde enfáticamente y con furibunda pluma, manifesté mi protesta, malestar y final sugerencia, de cambiAr esa costumbre de cerrar plazas y parques para celebrAr "fechas cívicas" y homenajear personajes ilustres, verbi gracia, Castilla, 2 d MayO, BologNesi, GrAu, La Bandera, SAn Martín, y sin contar las fiesTas cívicas, ReligiOsas, etc., q entorpecían el tránsito y causabAn un brutal congestionamiento vehicular y peatonal. Xqué no se reunían todos los patrioteros en el mencionado y enorme Parque de los Próceres a marchar, desfilar, colocar ofrendas florales, decir misas, retretas, cañonazos de salva, etc, etc, las horas y días q quisieran, sin joder a la gente q trabaja y transita por plazas y parques -no sólo en horas punta y en cuadras a la redonda-. Cien cachacos, tombos, fuNcionarios pùblicos y obligados alumnos de colegios, no deben joder a los miLes de trabajadores y personas q transitamos todos los días. Cuantos han llegado tarde Al trabajo o perdieron el día, una reunión. De trabajo, !què sé yo carajo!.

Dije qué? otra vez? como en la Casona de san Marcos? Pero no, allí estaban, visibles e imponentes, los monumentos de José Gabriel Túpac Amaru, erguido y gallardo, poncho a medio abrir; Gral. Francisco de Vidal con su espada en alto; Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, solemne con pergamino en mano; Toribio Rodriguez de Mendoza, con capa y libro en mano...y tres caballos briosos, negros como la opresión, q chapotean en agua cuando llenan la pileta.

Cada día, cientos y miles, transitaban los pasillos tapizados en azul y rojo...
Noté q Gabriel me seguía con la mirada y me puse nervioso, estaba entre el tumulto q me encubría. Fco de Vidal bajó su espada y me señaló. Juan Pablo tomó nota en su pergamino, mientras Toribio me hizo la señal de la cruz... !era mi sentencia?! !La venganza es dulce!

Sigiloso y agachado casi entre piernas y culos de la multitud y stands, me deslicé y logré escabullir de esos ojos acusadores y antes que se bajen por mí.

Les conté a los organizadores de la Càmara del Libro e incrédulos y mirándose entre ellos, cuchichearon. TomAremoS las medidas del caSo por tu seguridAd, me dijo Ramàn Aragonez, director de ferias. Han impedido mi ingreso xa protegerme.

Pero yo entré otras veces a la feria con peluca y gorra y sin avisarles...porque tenìa q sEguir trAbAjAndo. Por joder voy a volver a escribir esa nota en cuAnto medio pueda...
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Fotos PLG
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Mefistófeles el verdulero



Hoy no he vendido nada... nada que me sirva. Si estuviera el diablo haría un pacto xa q no falte verduras frescas q vender y tener billete q llevar a mi casa y no les falte comida y pagar estudios a mis hijos. Y no tener q ir a la Parada cada madrugada cansado o muriendo d frío o enfermo y adolorido !Mierda! -terminaba el día hablando solo-.


Aquel día q no vendió ni mierda, pidió a quien fuera, maldiciendo su suerte, incluido el demonio, dinero xa comprar verduras en la Parada y poder dar d comer a su familia.


Xla tarde, como siempre, desechó las lechugas, coles, cebollas chinas, el apio, la yerba buena, el culantro, el peregil, la albahaca, y el huacatay: tadas marchitas. Ni los animales logrAn terminar. Cansado y con las preocupaciones xa el nuevo día comió algo y se tumbó a la tarima a cobijarse y a tEner sus extrAños sueños. Las ventas eras esquivas y las verduras no eran de las mejores !Maldición!

Quién es usted señor y qué quiere...
Quiero hacer negocio contigo. Ser socio en la venta de verduras. Produciré tu huerto, loq venderás cada día, le dijo el tipo y agregó como azúcar al café: Me llevarás en el mismo corazón, y cuando te necesite o si no cumples este acuerdo, adelantaré tu cancelación en esta tierra qno te quiere. O, me quedo en tu reemplazo...
?Qué?



Al alba y con el rumor de los carros xlas avenidas Trapiche y San Felipe, sintió q sí le acompañaban las preocupaciones del nuevo día. Vio q donde había botado siempre las verduras: frescas y con el rocío de la mañana oscura y fría estaban -en ese otrora huertillo apoderadas xla hiervamala- como esperando ser cogidas y llevadas el mercado de Caquetá y ser vendidas, sobre todo, para los restaurantes.
Benditas verduras...

Sus hijos, crecieron y se fueron a trabajar en diferentes labores modestas y le mantenían al papá. Pero él siguió cosechando, sabiendo qle quitaba el trabajo y la comida a otro ser humilde, pero, egoista construyó una casa grande y con lujos -sin tocar la productiva huerta-.
Una mañana, como siempre, al levantarse temprano, vio esta vez vacía la huerta. Los gallos cantaban y se alborotaban las gallinas, el Churcho ladraba y se desperezaba, el cielo oscuro como cada madrugada del invierno q mordía suS huesos. Y Anita, la escultural muchacha, q le daba la primera fAbulosa noche de placer como su futura mujer, dormía tranquila, desnuda...



Triste, extrañado, y luego colérico, maldijo la huerta y a todas las verduras q lo habían abandonado.... cuando llegaba desde lejos, desde lo muy profundo de su ser, un zumbido -no era un mozcardón- q fue sintiendo en su corazón y se fue acrecentando como un olvidado dolor en el pecho,,,, en el corazón... En el mismo corazón, q lo empezó a asfixiar. Era un dolor endemoniado.
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Enviado desde mi BlackBerry de Claro.

Foto de internet D.R