Hace de todo, no pitea por nada

Hace de todo, no pitea por nada
este es el testigo y cómplice

viernes, 27 de mayo de 2011

El espíritu de la Casona de San Marcos

Durante una semana, todos los días, ingresamos a la vieja Casona de San Marcos, para usar su baño, la feria del libro q se instaló en el Parque Universitario, no tenía. La feria lo organizó la universidad por uno de sus tantos aniversarios.




Era otoño y los enormes árboles de cibo, frente a la casona, filtraban rayos de sol, de a poquitos: el cielo plomizo mayormente nos cubría. Entre los ensayos de los alumnos de danza, se escuchaba el repique de campanas -del centenario reloj- cada hora, y el himno nacional, al medio día y, a las seis cuando el frío correteaba entre la gente, y cuando arriaban la bandera.

Caminaba a los baños de la impresionante y antigua Casona, como todos los expositores en diferentes horas del día. ahora funciona su centro cultural. Jardines, pasillos, piletas, escuela de danzas, amplios salones con exhibiciones de pinturas, y más.
La penumbra de las siete de la noche invadía todo el ambiente y escasos seres transitábamos los pasillos. Ya era jueves.

Hey poeta. Leeme algo... Xfavor... Leeme algo -dijo una voz meliflua.
Miré en derredor y yo caminaba solo rumbo al baño. Remiré en el baño y un tipo salió después de lavarse las manos y mojarse el cabello. Luego salí y otras personas caminaban o estaban al otro extremo de los jardines, conversando o hablando por teléfono... Nadie a mi lado...
La voz insistió y desapareció al aproximarme a la puerta donde había gente. Miré atrás y no comprendí. Afuera lo olvidé.

El viernes sonó las campanadas del reloj, que indicaba las seis de la tarde. Yo estaba camino al baño y fue pasando el Patio de los Maestros que nuevamente sonó esa voz. Caminando giré con disimulo -a la altura del patio de Letras- y estaba solo. Otros estaban por diferentes ambientes, pero nadie junto ni cerca a mí.

!Hey poeta! Leeme algo... Xfavor... Leeme algo -musitó melancólico
No tengo aquí nada que leerte, dije entre dientes, xa q alguien no piense q hablo solo como loquito.
Gracias, tú sí me escuchas... Por fin -sentenció notoriamente emocionado-.
Sólo me falta esto carajo. Las ventas hasta las huevas y a mi nuevo libro q no le hacen publicidad... Pero, por lo que sé, por estos claustros pasaron celebridades como César Vallejo, Santos Chocano, Arguedas, Gonzalo Rose, César Calvo, Alejandro Romualdo, Carlos E. Zavaleta, entre otros finados.

Había que seguir la corriente pero, no podía hacerlo porque no tenía ningún libro, sólo entré a mixionar, como todos los q trabajábamos atendiendo en la feria del libro.
Ya casi la gente no transitaba. Temeroso, por la voz y el qué podría pensar el personal de seguridad q en todo momento circulaba. Se blanqueó mi mente como para decir algunos poemas q me sé de memoria como de Vallejo, Neruda, Buesa, Salaverry... Y por último, los míos... !Nada! Ya me ponía nervioso.
La solución era comprar un libro de poesía, pero recordé q tenía mi reciente libro publicado para niños Tintineos, pero no sabia si le gustaría poesia xa niños, pero en fin, q no joda, no tengo otra cosa a la mano. Ya después le preguntaré qué prefiere.

Regresé pronto con la voz q se quedaba atrás y con mucha pena:.........
Me senté en una de los bancos de madera, antiguo como la Casona, y en la penumbra empecé la lectura. A cada poema escuchaba un suspiro henchido de emoción. Cagándome de miedo dije:

-Oye hermano, dime a quién le leo. Quién eres, y xlo q veo no hay otros q te leen.
-Eres poeta y por eso sientes mis palabras... !sientes! no las escuchas.
-Leyendo xa sus oidos? Preguntó el vigilante, q no sé de donde mierda apareció y me asustó.
-!Puta mare! -dije encrespado y en sobresalto- y aparte también me asustas tú.


A mi tosca respuesta, marchó como vino, en silencio cruzando x las palmeras, columnas y pileta


Me acerqué al sillón del frente, atisbando a todos lados con discreción. Leí y leí algunos poemas, mientas el espíritu suspiraba de placer.

Por eso cuando entres a la Casona, cualquier día, sobre todo al caer la tarde y sientas esa voz, mientras estés sentado por el Patio de Letras, leele algunos poemas y calmarás a ese espíritu inquieto que vaga por allí... Leele algún poema y se acercará y será también tu amigo. Y quizás algún día...

Algún día, nos cuente quién es....
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sábado, 21 de mayo de 2011

El veneno de la suegra

Las conocí leyendo medidores de Edelnor, cuando visitaba casas por todos los asentamientos humanos de Lima, y creo q nos llevamos bien. Yo tenía inquietos dieciocho años.


Me invitó a pasar. Llegué a su casa consultándome, al parecer, por el mal funcionamiento de su medidor, en el pueblo joven VRHT. Ahí, donde unos perros chuscos me corretearon, y me pasó corriente, estaba medio zombi. Sentí corriente por sobre las nalgas cuando me agarró al mismo tiempo que la descarga eléctrica. Ella quedó tumbada y yo tambaleando tomé la calle y me largué.


Por la calle de tierra, con escasa arboleda en las flancos de la calle casi solitaria, regresé al siguiente mes para hacer la lectura del medidor. Toqué la puerta de la modesta casa y a insistencia salió una muchacha. La conversación fue amena y olvidé mi trabajo, así que llené a la diabla todos los formularios de las casas de aquellas manzanas. En todo ese tiempo no vi a la señora que me había atendido entonces.


Roxana, su hija, me aceptó y nos llevábamos bien en una veloz relación de marinovios; sería porque no tenía en casa al padre rezongón, tampoco al padrasto; ambos estaban confinados en el otro mundo, según sus propias palabras. Para la madre era su adoración y la toleraba mucho. Una tarde nos encontró en plena guerra de carnes. Lo vio todo. No sé qué significó para ella.


La veía cuando ella llegaba de clases del instituto, donde estudiaba aplicadamente, cosmiatría. Tres meses trabajaba y tres descansaba. Ese ciclo laboral me duró un año. Era el empleo temporal del gobierno. Pero la suegra envenenaba a la hija y jodía...


Jodía, jodía y me la tiré aquella tarde después de almorzar cuando se echó a descansar con las piernas separadas en el mueble de la sala, mientras esperaba a Roxana. Por eso, dice, me clavó un enorme cuchillo de cocina. Ella está en la cárcel, y yo, en el cementerio El Ángel.



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                                                                 D.R Internet

viernes, 13 de mayo de 2011

Bereka la vieja loca 2011


Tienen ese algo, no se parece, pero...



 El otoño de la tía \ El ocaso de una loca
Todos estos títulos estarían bien xa este extraño escrito, q tiene de semblanza. Deben de haberse topado con una de ellas o han visto, si es que por buena suerte no las han tratado:

En todas partes hay de éstas. Son un espécimen en extinción, pero nunca en el planeta se extinguieron. Si bien no son necesarios e imprescindibles, las tenemos como en jaulas de la sociedad, de exhibición a pesar de que joden.

Son de vestir estrafalario, se ríen de sus propios chistes, mientras los acompañantes las miran y comentan a sus espaldas. Tienen desubicación, espacial, temporal y cronológica, y etc..

Así se ponen histéricas cuando no les creen... osea, siempre...

Se creen reina y de una estirpe q vieron en tv o de alguna novela q leyeron; son sabelotodos, maniacodepresivos, bipolares. Los psicólogos no quieren perder el tiempo, solo los practicantes les hacen caso y las celebran. Sus depresiones son abismales y salen a la superficie como una flatulencia o un torpedo atómico, en un segundo, y estallan en luces y bebidas. Tienen algo, poco o mucho de la novela Bereka de Toro Montalvo.

Si tienen cargo o asumen tenerlo, pobre de los que trabajen con ellas. Son petulantes, creídas, angurrientas, prepotentes, gozan del dolor ajeno cuando maltratan, suelen tener de vicio el alcohol y el tabaco -cuando no la cocaína-. Se mecen en su aliada la hipocresía, en los delirios de grandeza, el figuretismo y la soberbia, dicen quienes las conocen. Pero... Son la burla de sus "amigas" -de colegio o universidad- las q las toleran, que le siguen la corriente, sabiendo lo abruptas que son.


Tienen cola de diablo... De verdad causita...

Se refugian en su amarga soledad, q ocultan esos sueños de grandeza; en su racismo visceral, que la sociedad las obliga a reprimir hasta su ansiedad...

Al final, hay un problema xa los jefes q tampoco las toleran, es que los demás jefes, ninguno, quiere recibirlas: nadie. A su manera de ser, el peor bono son el alcohol y el tabaco. Allí parasitan.

Xxxxxx


Pero es una mujer mala, muy mala.
Pero habrá gente así? Así tan mala?
!Claro que sí! !por supuesto!
Sino, no verías tanta mierda loca caminando por este planeta...
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Fotos: D.R Internet. No se parecen a estas fotos. La realidad es peor...

Así terminan... o peor...


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domingo, 8 de mayo de 2011

El extraño verano

Fue el primer verano en casa solo. Siempre de adolescente anhelamos, soñamos y esperamos ello. ?Para qué? Pues suponemos que llegará una modelo o nueva amiga -de esas que vemos en la algún comercial de la tele, el super o en alguna disco-. Entonces las expresiones de amor al más puro estilo romanticón vive en uno intensamente así como el sexo que se manifiesta con su voraz apetito diario y, a veces, muy glotón.
Al sonar el timbre, insistentemente, salí chistando -sin polo y descalzo- y no eran los cargosos evangélicos de siempre, ni vendedores o promotores de artículos de limpieza, que en cualquier momento jodían. Solté la cadena y le di la bienvenida a ese rostro familiar.



Así esperaba mi verano en la casa sola...
 -Hola. Tú debes ser mi primo Pet, hijo de mi tía Ella.
Recuerdo que asentí en casi todo lo que decía. Yo sólo, con disimulo, le miraba el enorme trasero que debía existir y que traslucía y se pronunciaba cuando agarraba y controlaba a su pequeña hija, que yo cada vez más celebraba sus travesuras, sobre todo cuando se tiraba al piso y ella se agachaba para levantarla.




Era una prima, hasta donde sabía, de una mujer, amiga de años de mamá. Compartieron las vicisitudes de los que estudian fuera de su ciudad y hay que forjarse, entre las adversidades que se presentan en el camino. Su madre, mi tía, alguna vez nos visitó y se enfrascaron en una atolondrada y prolija conversa, que duró horas. Escuché risas, lamento y congojas, algunas lágrimas, café, cena y renovadas sonrisas. Ahora, cada quien tenía sendas familias. Mamá casada y ella viuda, y una feliz viajera en épocas de vacaciones.



Solo, en casa, con un refrigerador recién abastecido con mis ahorros, le ofrecí una Inca Kola helada, la cual degustó compartiendo con su nena, luego de ingresar a la cocina y sacar un vaso de plástico con la confianza de una esposa.
Me contó muchas cosas, anécdotas de su colegio, la universidad, del trabajo donde estuvo poco tiempo y que tuvo que salir porque su jefe la acosaba y le ofrecía horas extras para quedarse con él hasta tarde, y así, tentar sexo en la oficina, y decía "sólo en la oficina" porque esa era su fantasía, enfatizó.


La tarde caía como mis miradas indiscretas en sus carnosos pechos y piernas blancas que parecían decir algo; así como su cuerpo que avizoraba una pancita que tienen las mujeres con la llegada del hijo y los chocolates y comida chatarra que se incrementa en su dieta rutinaria y a la falta de ejercicio y trabajo, temporal o definitivo para dedicarse a los hijos. Eran unas carnes que la hacían ver más mujer, alguna madurez más interesante transmitía. Era interesante ese cuerpo con algunos kilos de más.


-Bueno primo, hemos hablado de todo pero no me has dicho a qué hora llega Eder con Adela y los niños. Tanto demoran? Se han ido de compras? Dijo con el cabello desbaratado por las horas controlando a la criatura que recién aprendía a caminar, y la falda alterada y la blusa salida de tanto atender a la berrinchosa hija y aburrida de meterse por todas partes, incluso a mi cuarto desordenado.......


-Pues ellos están de viaje -dije, esperando no sea motivo para que se fuera, menos ahora, que disfrutaba, al menos de esa compañía femenina, que era mejor que alguna revista o película erótica. Ese fastidio inicial se alejó interesadamente de mi calentona mente, recalentada por el verano que mostraba el sol rojizo por el Oeste limeño-. Hace quince días, sábado como hoy viajaron. Se fueron todos. Pero eso no significa que tengas que irte, o ?si? En tu casa te espera tu esposo? -fue tal vez una pregunta tonta en ese momento.


El televisor estaba en no sé qué película del cable. La conversación giró por todos lados y me levanté con el short que se pegaba al trasero en el sofá de espuma, que por años acompañaba a la familia, ella hacía lo mismo cada que se le levantaba. Con la mano despegaba la falda, poco discreta era.

No contestó, solo que nos sorprendimos cuando la nena trajo unas medias y un calzonciIlo aún fresco de olor a semen.

-Deja niña traviesa, dijo, haciéndole una mueca para que no chille y jalándole de un tirón la prenda. Lo tomó con el cuidado de un objeto sucio y, algún resto en la yema de los dedos se restregó con disimulo en la falda de algodón que le llegaba por sobre la rodilla-.

Foto internte D.R . Algo así no era

Es la intimidad de tu tío, ahora que está solo y tiene que calmarse sus ganas de hombre. Pero para eso está la enamorada, ?no tienes? La vecina, ?tampoco? La pri... Iba a decir la prima y calló.

Era un comentario demás y sonrió a medias con sorna. Llegó con su bolso equipado para atender a su cría. Muy comedida como su madre. Creía estar en su casa y era una abeja laboriosa. Decía que tenía mucha paciencia como la habían tenido con ella sus padres, etc. Fue cuando insistieron con el timbre. Era la vecina que traía la cena.

-Por lo visto estás comiendo carne. Qué vas a querer comida. Tirando mujer casada -lo sentí como una recriminación o una escena de celos, además de ser escrutado de pies a cabeza pasando por el short abultado y las sandalias-. Ponte el polo siquiera, rezongó y se largó como vino.

-Quién era la mujer -preguntó soltando el cabello y volviéndoselo a acomodar y cambió el cruce de piernas, dejándolas ver llenas y fuertes. !Ups! Un gracioso lunar se divisó solitario. Para eso, ya tenía algunas fotos en mi Blakcberry.

Era un día de verano algo extraño, sábado. No había enamorada, ni compañía esos días, la academia y la recomendación de no atender a extraños estando solo en casa. No hubieron sueños de esa visita. Lo cierto era que había que prepararse para ingresar a la universidad o sino a trabajar. Las mañanas eran para repasar cuadernos y libros, así como hacer ejercicios. Los carnavales dejaban oír las fiestas por muchos barrios, y llegaba la música de todas partes. Las sábados provocan a tomar unas cerveza y a bailar o a manifestar afectos con personas del sexo opuesto. El calor meloso arreciaba en Lima.

Unos disparos y una persecución en el televisor nos volvió y retomó con broma.

-!Ah!... -comentó como quien descubre y desenmascara a alguien-. De razón la cerveza y el vino en la refri... Eres un bandido y juerguero. O esperas a alguien -añadió como quedando incómoda y preocupada -.

Abrí una cerveza helada y le invité un vaso casi lleno, con una sonrisa entre dientes. Salú por tu lunar, dije atravesando con la mirada su ropa. Algo inseguro y nervioso, con el temblor de la inexperiencia. El calor no la podía aligerar en ropa, aunque esa falda corta y esa blusa entreabierta, era un modelo para refrescar un cuerpo, y de pasada, para exhibir.
Lo mejor era torpemente derramar la cerveza o la gaseosa sobre su falda.
Entonces, sí se subió y sacudió ligeramente la falda y los pechos que se aparecieron desafiantes y firmes; dejando a mis ojos locos esos muslos blancos, como los brazos de creciente masa muscular.

Le serví con delicadeza y me indicó, risueña, "!llénalo!". Fue veloz, espumosa y helada, jaló el elástico de mi short y ante mi incredulidad, vació el espumoso y delicioso contenido sobre las ardientes criadillas. "Para bajarle la temperatura", sonrió.

Después de ese espectáculo "bochornoso" y con mis disculpas del caso, diligente le proporcioné una bata transparente y una minifalda -de alternativa-, que encontré en el cuarto de Aid "es todo lo que hay" dije, y sonriente y complaciente, me miró y se cambió en mi cara.
"Qué manera de desperdiciar la cerveza. Aunque me a refrescado". Entonces, empezó a tener otro delicioso sabor y efecto la dos cervezas que tomamos.

Amaneciendo sonó la chapa de la puerta de la calle, y se escuchó las voces de la familia que llegaban soñolientos..

-No dijiste que estaban de viaje?
-!Claro!... Pero no preguntaste cuándo regresaban -susurré y junté la puerta de mi cuarto.
-Puto cabrón. Mentiroso -musitó-. La nena seguía durmiendo.
......


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lunes, 2 de mayo de 2011

Esperando la muerte bajo el balcón

Yo maté a tu papá !yo lo maté! Yo estaba sano, ni siquiera borracho o drogado. Mátame, véngate, clávame el cuchillo en este pecho maldito, córtame la venas q llevan esta sangre envenenada. Estréllame una piedra o un ladrillo o un fierro en la cabez... Pero haz algo. Quítame la vida. Cóbratela la de tu padre...

El hombre, lloraba e imploraba la muerte. Pero por qué. Tanta desesperación por morir?

De rato en rato levantaba la cabeza, que le resultaba muy pesada; pesada como la cantidad de alcohol q habían ingerido.

Por qué me buscas para matarte... No eres feliz como yo emborrachándote?... No, tù no eres feliz, lo serás cuando me mates.. Pero matándole me iré a la cárcel toda la vida... No, te irás cinco años y con los beneficios saldrás en dos años... No gracias, así estoy feliz, feliz y muy feliz.. Y volvió a vencerle el peso de su mundo en esa cabeza de cabellera hirsuta, olvidada en el tiempo.

Si alguien hubiera matado a mi mamá o a mi papá, yo los hubiera vengado. Lo hubiera trozado con sierras o cuchillas. Lo hubiera quemado con leños de alizo para que el diablo se lo llevara o los hubiera remojado en ácido sulfúrico.
Tú mataste a mi viejo?... Se supone q si alguien mata es porque tiene algún motivo o razón, así q tú debiste tener tus razones. Dios sabrà q hace con tu alma...

Mi alma no me interesa, cuando muera ya no sentiré. Matame, por Dios qte salvará tu alma si me matas. Por lo que más quieras. Tu no sabes lo que es la conciencia. Con el tiempo te tortura y te tortura y no te mata... Por eso será que no mato. Salú...

Dios, tú sabes cómo busco la muerte y q llegue d manos del muerto o d uno de su familia, xque sino mi tormento y tortura será eterna. Sólo este alcohólico queda d su familia.
Dime borracho inútil... Borrachito sí pero no inútil... Qué hizo tu padre en vida q valga la pena... A mì... No jodas...


Estoy bajo estos dos vetustos balcones que han de caer, carcomidos y añosos como estaría el difunto. Por los años y los terremotos, esperando que algo hecho por èl, por sus manos, me caiga y me quite la vida... Seguiré esperando! Seguiré, sentado en esta maltrecha silla de madera y tejidos en totora... Aunque la gente me mire cada día y cada noche bajo este balón en la abandonada y sucia avenida Pizarro.



!Toma nomás loco!....
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Foto D.R de Internet: Se parece pero no es...