Mi primer caballo

Me dijo,  ¡siéntate atrás mío! -en su silla, frente al tocador- como un jinete en su caballo. Así empezó mi primera montada -recordó Henry al regresar a Lima, después de muchos años.

Fue mi hermana, pero murió hace años por eso lo cuento. Se electrocutó con un consolador en el yacuzi. Yo la vi varias veces masturbándose. Algunas veces sabía que la miraba. Tres veces q salieron mis padres me anticipó que dejaría pasar a su enamorado para tener sexo. Y sí que sabía hacerlo, ahora mayor de edad lo sé.

Entré a su cuarto y se estaba arreglando su panti. Otra vez fue castigada y no salió más q a la puerta una semana y le requisaron revistas porno y su consolador -que había sido de su amiga de colegio-. Estaba como cuando la gata está en celo. Se movía y frotaba, faltaba q se restregue en la pared, ida y vuelta. Esa noche, de miedo me dormí con ella. No sé si en sueño se movía, pero penetré en ella una y otra vez en la madrugada hasta el amanecer.

La embaracé y me mandaron a provincia, pero sin decirle las verdaderas razones a mi madrina, que generosa me recibió con su esposo longevo como su gruesa cuenta bancaria, su pequeña hija -concebida a los cuarenta años con tratamiento- y con su longeva mamá. En casa escuché muchas veces que se preguntaban por qué una bonita mujer y profesional no se casaba. Ella decía que por cuidar a su engreída mamá. La achacosa había sido modelo en la era terciaria, jaja. Alguna vez vio esas fotografías de los 90s.

Ella es muy alegre pero se le subía el trago y la ponía muy eufórica. A él, lo dejaba dormido como un bebé. Ella, generalmente quería seguirla y la seguía, mientras él continuaba durmiendo hasta el otro día Como un burro amarrado a la puerta de un baile, de El último de la fila, faltaba poco para amarrarlo a la puerta de un árbol.

A esa casa, grande y de dos pisos, más azotea, llegué a vivir... y a que me viva. Ese año terminé quinto de secundaria. No tenía enamorada.
A pedido de mi madrina me he quedado. Los vecinos me envidian por cómo me quiere mi madrina, que cada día se le ve más radiante y celebra cualquier cosa, cada semana. Y siempre me pide que los acompañe...
Bueno... hasta la noche q  celebramos lo quince años de su hija...

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Fotos de internet: D.R


Enviado desde mi BlackBerry de Claro.