Me dicen q soy malo, maldito. Que soy un demonio: el diablo en perSona.
Creo q solo yo estaba despierto a media noche. El zumbido casi monótono latigueaba el ambiente. Se sentía que el bus zigzagueaba intentando impedir que otro bus lo pase. La penumbra acompañaba Al piloto, sabiéndose q el copiloto dormía en la bodega, sin poder salir y enterarse de qué pasaba.....
Llegué Al final del pasillo. TAmbaleando entré. Era un giróscopo. Una proeza y malabarista xa mixionar. Por la pequeÑa ventAnilla se divisaba abismos, cerros y neblina. Pencas, sauces, matorrales o profundas caídas y grietas de esta escabrosa vida, advirtiéndonos su existencia en cada curva.
AgarrAr el pene erA un albur. Con una mano la manija y con la otra, abriendo con parte de los dedos el cierre y con los otros ahorcando para que no riegue en el baÑo y mojE el pantalón. Sentí mi cabeza en el piso o mi pie en el techo.
Aaaayyyy... Fue mi lamento mientras el motOr del bus roncaba y expectoraba flema y petróleo.
SaIí con difiCultAd, reptando, magullado, desorientado, empujando la trabadA puerta. Asientos retorcidos y cuerpos dispersos en el pasillo, hecho un camino al infiernillo. PolVo y humo q filtrAbAn luces, voces y estertores en la noche de luna llena, en la bajada de Conococha.
Qué pasò... Qué me perdì? Pregunté
Dónde ha estado? De dónde ha salido? Me preguntaron.
!Se supone q en el baño!...
Suspiré reteniendo la vida q se me ibA, en fila india,
con las almas d los demás.
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Pedro lopez Ganvini
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.
Foto de internet D.R
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