!Ah! La noche de las brujas, pensó con el corazón asustado y suspiró en su fría celda.
Era 31 de octubre. Las radios criticabAn y se daban monsergas aburridas, sobre toDo de locutores mayoReS, encallados en su pasado. Decían que había que celebrar el Día de la Canción Criolla y recordar a nuestros compositores y cantantes y revalorarlos... "!Ah!... !Cuidado con las brujerías, donde un juguetE se hace realidad y deja de ser jugueeeeeete! -diciendo, terminó el programa y siguió la mùsica.
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Los perros de todos lados ladraban en berrinchoso concierto haciendo vibrar temores. Las máscaras, la bulla y ese ambiente ingenuamente tétrico helAba los huesos longevos. Pero algunos perros aullaban en sórdidaS notas con la luna llena, sobre todo cuando pasaron por las inmediaciones de la iglesia san Agustín. El capellán, despreoCupado de los demonios y hechicerías, festejAba en sotana negra, como su alma perversa e inquisidora..
Unos chicos compraron enormes puñales en la transitadA Av. MicaelA Bastidas, q cuando el vendedor los clavaba de muestra, se doblaban increíblemente y brotaba sangre.
Habían unos explosivos mamarata q explotaban y se despansurraba la rata y derramaba el cuarto de litro de "sangre" espesa q contenía. Pero cuando reventó Abraham, volaron cinco niños despedazados, los gritos aterradores y de auxilio inundó el ambientE y se meZclaba el olor a pólvorA y sangre. Dicen que una vieja abasteció en los mercados de Lima.
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Yusseppe, felizmente sin guadaña |
Abraham recordó q compraron un polvo oscuro q se soplaba ante los demás y se nublaba el ambiente y se quedaban ciegos. Todos esos efectos fueron por esa noche. A la madrugada todos volvieron a la normalidad. Amanecieron y no habían brujas.
Pasaron xla casa solitaria de la avenida, donde cada año una viejA habitaba ese sitio. Nadie lo invadía ni se apropiaba en todo ese tiempo, ni pirañas ni nadie. Salía feliz y contenta xa atender a los q llamaban, en el umbral de su puerta.
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CuanDo salgas a la calle o al jardìn, en la penumbra o en las oscuras noches de octubre, llevA unos caramelos en los bolsillos. Cuando sientas que Alguien te sigue o te mirA, lanza un caramelo y se calmarà... !hazme caso!
No lo lamentarás.......
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Pedro López Ganvini
Foto de internet D.R
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.