Podía olvidarme de las navidades. Pero no de ellas, de esos recuerdos. Era imposible q lo hiciera. Contra ellas no habìa cómo. Era la sombra que se proyectaba en mis soledades. Esa era como la mañana de un día único y nuevo. Pero así sería toda la temporada q compartimos en Buenos Aires. Fue maravilloso, loco, como la influencia europea en Argentina. Olvidé unos dìas el mundo.
Al salir del aeropuerto de Lima, un taxista se me acercó y me dijo a sotto voce,
-Señor, lo llevo al barrio a descansar y volver a la realidad. Para q recuerde en el camino Río del Plata, Buenos Aires y la blancura de ese cuerpo, que con usted algo se ha bronceado y usted la ha dejado como la más rica canela peruana.
La gracia de ese taxista con alma de poeta frustrado, con una sonrisa, me llevó del brazo caminando hasta su taxi.
Luces, había más luces q de costumbre. Era navidad, diciembre. Villancicos, regalos, guirnaldas y el ambiente vistoso y colorín, primaba en calles y escaparates de los super: todo era alegría. En tanto xa q recuerdes te mostré unas fotos de los noventa, cuando ambos buscábamos, no sabíamos qué… pero buscábamos algo. Comimos y nos comimos esa noche hasta el amanecer. Yo ya estaba acalambrado pero teníamos que seguir. Para mi presentación faltaban tres días.
Ambos disfrutaron: Él devorando carne blanca, como de muchame o acariciando en alta mar, a una fresca y tierna ballena blanca. Ella, un delfín hambriento y sediento de pasión y un troglodita carvívoro. Todo valió la pena. En esta Lima hipócrita, nauseabunda, de infidelidades y puterios no pudieron hacer lo que esta semana había pasado en sus vidas. Se conocieron por las conversaciones entre la mancha de amigos. Tan cerca y tan lejos. La piel, aunque a veces el roce, generaba reacciones incontenibles e impredecibles.
Tu marido a muerto y aquí nadie lo sabe. Aquí exploras un mundo con otras oportunidades, y allá no lo saben. Me voy antes que me mates o te mate, o nos matemos de placer y pasión. No veo a tus hijas, q las trajiste con 15 y 17 años. De tu mamá no sé que es, y la trajiste contigo… y Yesennia la vecina q también trajiste. Las vendiste? Y esta casa de tres pisos de dónde sacaste… estás en las drogas? Si me entero d la verdad me matas, ¿verdad?… Pensar q nos ibamos a ir al Caribe por tres días pero… Fuimos a comer platos peruanos y yo carne argentina.
Todas las noches fueron de intenso placer, regreso ojeroso, debiéndole sueño a mis noches, exprimido como limón norteño en carreta de emolientero… Sé que todo fue pagado, incluso la presentación en la feria internacional del libro, el vino, los bocados en bufet, el agua, los wiskis entre poetas y escritores q se sumaron. Tomé pastillas para cumplir al placer esta semana, q parece un mes. Tal vez me hubiera quedado, pero creo q algún amante misterioso tuyo, me amenazó de muerte.
La ultima noche, Antes de retornar, cenando en el aeropuerto me dijo tomando mi rostro en sus manos y besando los ojos, afligida e insegura de sus palabras: serè tus ojos... Sin mí no verás el amor, sentiràs pero tù eres un hombre viSual... Vives x tus ojos y go
Zas x los ojos.
La ciudad era fantástica para un viajero como yo, que ha estado por varias parte de América Latina, pensó Rubén.
Antes de ingresar al chequeo del aeropuerto fuiste indulgente y sumisa…No nos hemos visto. No sabemos nada de nosotros. No sabemos nada de nada de nuestras vidas…. Ah.. ¡Estuvo buena la presentación del libro¡ chau¡¡¡¡ Me revisaron dos veces y me preguntaron tonterías los de Migraciones… Así será su trabajo me imagino, además d la muestra de sangre q me chuparon…
A la distancia, vi gente q la seguía de cerca y la miraban siempre…. Al despertar antes de bajar en el avión, no veía, solo escuchaba...
Yo tenía pendiente la feria de Alemania...
……………..
Que paso? Dijo soÑoliento y desconcertado
Volvió a sentir q le movian el hombro...
Señor permiso yA llegAmos a la ciudad blanca
La blanca?...oh, disculpe... La blanca
Sí la blAnca, repitiò y se movió para dejAr pasar a los pasajeros de la filA del avión q esperaban para salir.
Enviado desde mi BlackBerry de Claro.
